martes, 7 de agosto de 2018

Teatro y anfiteatro romano, Mérida

Mérida, la ciudad  custodia el conjunto arqueológico monumental más completo y mejor conservado de la Hispania romana


El Teatro Romano de Mérida comenzó a construirse en el año 16 a.C. con el patrocinio del cónsul Marco Vipsanio Agripa

El edificio nos invita a pasear por su viejo graderío y su escenario, pero si para algo sirve la visita al Teatro romano de Mérida es para activar la imaginación. Hay que pensar que aquí cabían hasta 6.000 espectadores, y que en la grada se planteaba la diferencia de clases sociales


La orchestra es semicircular, de 30 metros de diámetro, y rodeándola están las tres gradas de la poedria, reservadas para la alta sociedad de Emerita Augusta...sentándose los más pudientes en las primeras filas en asientos más cómodos.

Recreación virtual del teatro romano de Mérida


El frente de escena (frons sceanae) es el elemento más espectacular. Está formado por dos cuerpos de columnas corintias y alcanza los 30 metros de altura. Fue reformado al menos en dos ocasiones, a finales del siglo I y a mediados del siglo IV.

La llegada del cristianismo supuso el fin de las representaciones teatrales y el abandono del edificio, que fue cubierto de tierra y aterrazado para permitir el cultivo.


También hay que imaginarse el grandioso frente del escenario con sus muchas esculturas. Recreación en su época de esplendor, durante la dinastía Antonina.


Escena del teatro romano de Mérida actualmente.


A comienzos del siglo XX sólo eran visibles algunas partes de lo alto de graderío que sobresalían del terreno y que parecían sillas gigantes. Los emeritentes conocían este lugar como Las Siete Sillas, sin saber que debajo se ocultaba el antiguo teatro.

Las excavaciones comenzaron en 1910 y a lo largo de todo el siglo XX se ha llevado a cabo una importante labor de reconstrucción a partir de los elementos originales del edificio.

Vista aérea del teatro y anfiteatro romano de Mérida


Anfiteatro


En el anfiteatro se celebraban los ‘venationes‘, que eran los juegos gladiatorios, hombre-hombre, luchas entre animales y entre animales y hombres. Era una de las actividades de ocio preferidas por los habitantes.


La arena, de forma elíptica, era la zona donde se desarrollaba el espectáculo y podía tener un aforo de hasta 15.000 personas. En su centro se cavó una gran fosa sobre la que se han vertido numerosas opiniones. Probablemente estuvo cubierta con un entarimado y su interior sirvió para almacenar las jaulas de las fieras y material escénico.


El teatro y anfiteatro romanos son las visitas imprescindibles de Mérida, con mucha historia que merece una visita obligada. Para disfrutar la experiencia al máximo lo ideal es ver representada en ella una obra de teatro, y si está ambientada en la antigua roma, mejor.


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