viernes, 12 de julio de 2024

Japón: Algunos lugares de interés.(1ªparte)

 Quiero dedicar este post al viaje que están haciendo mi hijo Sergio y su amigo Miguel a Japón, y con lo que estoy aprendiendo de tradiciones y una cultura diferente, curiosa, y que quedará seguramente en un grato recuerdo en especial para ellos.









Iré poniendo los lugares por donde van pasando y lo completaré hasta el final de su itinerario.


OSAKA


Castillo de Osaka
Es un importante castillo situado en plena ciudad de Osaka y una visita interesante, a pesar de que lo que vemos en la actualidad es una reconstrucción del siglo XX.

El castillo tuvo un papel fundamental durante el proceso de unificación de Japón en el siglo XVI, por lo que tiene gran importancia histórica.


El castillo de Osaka comenzó a construirse en 1583 de la mano de Toyotomi Hideyoshi, quien quería que se convirtiera en el centro de Japón unificado. Su objetivo era construir un castillo superior, en todos los aspectos, al castillo Azuchi de Oda Nobunaga. De ahí que se construyera una torre principal muy alta, sobre una base de piedra alta, que protegía a los ocupantes de atacantes. Y con cinco pisos exteriores y otros tres pisos más subterráneos.

Además, se recubrió con pan de oro, justamente para impresionar a todos con su opulencia y mostrar de esta manera el nivel de Toyotomi Hideyoshi como señor de la guerra.

Toyotomi Hideyoshi 

Una vez terminado, en el año 1590, fue el castillo más grande de la era del gobierno de Hideyoshi. Todo un símbolo de poder en aquellos tiempos.

La fascinación de Hideyoshi por el oro le hizo ordenar que este material fuera utilizado en el mobiliario, armas e incluso en el exterior de la torre principal. De hecho, en la tercera planta del castillo hoy puede visitarse una reconstrucción de la Sala de Oro del Té en la que originariamente absolutamente todo, incluso los utensilios para la ceremonia del té, eran de ese material.


Detalles en oro de la torre principal del castillo de Osaka

El agradable entorno del Castillo de Osaka


Además de la llamativa torre principal, el castillo tiene varias murallas, fosos, puertas y pequeñas torres de defensa.


Por ello, es interesante pasear por el gran parque público, situado alrededor del castillo.

Es un lugar precioso en el que sentarse a descansar, disfrutar de las vistas y gozar de la naturaleza en pleno centro de Osaka.

En primavera, está espectacular con los cerezos, ciruelos y albricoqueros en flor. 


El mayor atractivo del parque del castillo de Osaka, que tiene una generosa extensión de 105,6 hectáreas, es el torreón que se encuentra en el área central. También cuenta con jardines y plazas, una sala de conciertos y hasta campos de béisbol y pistas para correr, lo que lo hacen un verdadero lugar de recreación para los ciudadanos.

Una vista panorámica de Osaka desde el torreón del castillo

 Comúnmente, los visitantes ascienden directamente al mirador en el último piso para luego ir descendiendo a medida que exploran las exposiciones


El séptimo piso es un claustro desde el cual se puede disfrutar de una vista de 360 grados de la ciudad de Osaka.

El barrio de Dotonbori

Donde encontraréis un montón de pantallas publicitarias, al estilo Times Square 

Dotonbori es el corazón de Namba y con este nombre referente  precisamente a la calle paralela al canal que lleva el mismo nombre, aunque muchas veces por Dotonbori se entiende toda la zona alrededor del canal.


 La zona siempre está muy concurrida, durante el día y especialmente por la noche, cuando la multitud combinada con las luces de neón que brillan por todas partes la hacen increíble. Dotonbori es una zona repleta de restaurantes y muy recomendada en las guías turísticas para parar a comer los platos típicos de Osaka, así como para disfrutar del delirio de gente, luces y colores propios de esta animada ciudad. Por extraño que parezca, los puntos de referencia del barrio, así como los lugares más fotografiados

Neón de Glico Man


Desde su instalación en Dotonbori, el Glico Man se ha convertido en todo un reclamo turístico y un símbolo de la ciudad. Siempre verás a japoneses y extranjeros haciéndose fotos delante de él a casi cualquier hora del día.

Además, el puente Ebisu, que hay a los pies del Glico Man es también uno de los famosos puntos de encuentro de los habitantes de Osaka. Este puente también suele recibir el nombre de Nanpa-bashi o puente de los ligues, porque suele haber muchos hombres intentando conseguir que las mujeres que por allí pasan les hagan caso.

Himeji

Castillo de Himeji

El complejo del Castillo de Himeji se localiza en pleno centro de la ciudad de Himeji, en la cima de colina llamada Himeyama.


Considerado como unos de los 3 Castillos Fortalezas más importante del país, reconocido Patrimonio de la humanidad en 1993 por la Unesco. El Castillo de Himeji es una de las joyas de la arquitectura clásica japonesa. Conocido como la Garza Blanca, por el espectacular color blanco que decora todo el exterior del edificio


Vista del castillo de Himeji y su entrada desde la avenida Otemae Dori


Vista desde el Sannomaru.



Shachihoko, tejas redondas y onigawara

Las onigawara, son tejas decorativas en los aleros de los tejados japoneses, donde también hay shoki, 4 dioses, shachihoko o shisa.


 Los Jardines Kokoen


Al lado del mismo castillo, los Jardines Kokoen son un conjunto de 9 jardines clásicos japoneses diseñados en 1992 para conmemorar el centenario de la ciudad de Himeji. En su construcción se siguieron los cánones propios de los jardines clásicos de la época Edo. Cada uno de estos nueves jardines tiene un diseño propio e único

1. Jardín de la residencia del señor

El mayor de los nueve jardines de Koko-en, que cuenta además con un gran estanque en el que viven unas 250 carpas. Desde aquí, podemos cruzar el pasadizo tradicional techado con suelo de ciprés japonés que nos ofrece vistas preciosas del estanque.



 Se dice que el ruido de los pasos sobre el ciprés recuerda a los japoneses al sonido del taiko o tambor tradicional. Al final del pasadizo techado llegaremos a la casa de huéspedes Cho-on-sai desde donde hay una de las mejores vistas del estanque y la cascada.

2. Jardín Nae-no-niwa


Es el jardín de las semillas o Nae-no-niwa. Como su nombre indica, aquí encontraremos un espacio en el que se plantan semillas de plantas típicas del periodo de Edo.



3. Jardín de ceremonia del té


Este jardín fue creado para disfrutar de una auténtica ceremonia del té japonesa. Es por ello que aquí encontramos la casa de té Souju-an, una estructura de estilo sukiya-zukuri 

4. Jardín del arroyo


 De estilo rural con un diseño natural, por el que pasear es todo un lujo. Justo en la entrada encontramos una pequeña glorieta de madera de estilo tradicional en la que podemos relajarnos y disfrutar de las vistas. Eso sí, hay que descalzarse para poder entrar.

5. Jardín de los árboles de verano


 En el que podemos disfrutar de un intenso verde en los meses más calurosos y de preciosos marrones, amarillos y rojos en otoño.

6. Jardín de los pinos


Pretende mostrar cómo es un típico bosque de pino rojo de la región del mar Interior de Seto. Además, en verano podemos ver en las orillas del riachuelo pequeñas orquídeas terrestres de garza, flor oficial y símbolo de la ciudad de Himeji.

7. Jardín de las flores


Aquí encontramos decenas de flores típicas del periodo de Edo: magnolias y arces nikko, hortensias, carpes japoneses, andromedas japonesas, guillomos asiáticos, flores de nieve chinas, daphne odora, membrillos de flor, los pétalos de China, camelias japonesas, azaleas, rosales y forsitias suspensa en la zona exterior. En la zona central, alrededor de la glorieta de madera tradicional Karyu-tei, encontramos también granados, hibiscos y calicantos del Japón.

8. Jardín de la colina y el estanque


Típico jardín paisajístico tradicional japonés, con un estanque y una glorieta de madera tradicional llamada Rinsen-tei. En la zona norte del estanque podemos ver una roca con forma de tortuga, mientras que en la zona sur podemos ver una roca con forma de garza. En el jardín también podemos encontrar tres lámparas tradicionales de piedra y muchas flores 

9. Jardín del bambú


Es el último jardín y en el que podemos ver una gran variedad de bambúes de diferentes tipos. Asimismo, también hay dos lámparas tradicionales de piedra y un río de piedras que nos lleva hasta la glorieta tradicional de madera Monchiku-tei, además de un pozo tradicional en uno de los extremos.


¿Qué significado tienen los jardines japoneses?


El jardín japonés es mucho más que arreglos de plantas y rocas, son una representación de la filosofía y la espiritualidad japonesa. Están diseñados para evocar una sensación de armonía y equilibrio, al mismo tiempo que te conectas con la naturaleza.

Agua: representa la vida y la pureza. Estanques y arroyos suelen estar en estos jardines para simbolizar la fluidez y la renovación.

Rocas: las rocas, cuidadosamente colocadas, simbolizan montañas y islas. También representan la estabilidad y la resistencia en medio del cambio.

Árboles y plantas: la elección de árboles y plantas es muy importante. Los cerezos, por ejemplo, simbolizan la belleza efímera, mientras que los pinos representan la longevidad.

Piedras de grava y arena: los patrones cuidadosamente rastrillados en la grava o la arena son elementos meditativos y reflejan la búsqueda de la perfección espiritual.

Linternas de piedra y puentes: generalmente se utilizan para marcar puntos de referencia y crear un sentido de dirección en el jardín.


Hiroshima
Vista aérea de Hiroshima, totalmente arrasada tras el lanzamiento de la bomba nuclear.


Tristemente conocida, junto a la ciudad de Nagasaki, por los devastadores bombardeos atómicos realizados por Estados Unidos el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente, Hiroshima ha sabido resurgir de sus cenizas para convertirse en una ciudad llena de vida sin olvidar en ningún momento el pasado, para que no vuelva a ocurrir una atrocidad de esta magnitud.

Cúpula de la bomba atómica



La Cúpula de la Bomba Atómica o Genbaku Dōmu es un edificio que se ha conservado en el mismo estado que se encontraba después del bombardeo y es uno de los lugares más conmovedores que ver en Hiroshima.
Aunque la bomba atómica estalló a una distancia de 150 metros en horizontal y 600 metros en vertical, este edificio fue la construcción más próxima al impacto que no quedó reducida a cenizas, gracias a su construcción en hormigón y su cúpula reforzada con acero.


En la actualidad


Curiosamente, cuando se empezó a planificar la reconstrucción de Hiroshima la idea que se tenía era la de demoler este edificio, al igual que el resto de ruinas que había por toda la ciudad.

Pero entonces empezó la controversia: había quienes querían demolerlo, sí, pero comenzaron a surgir que abogaban por mantenerlo en pie como un símbolo de paz y de recuerdo a las víctimas.



Detalle de la estructura de la cúpula que sobrevivió a la bomba


Museo Memorial de la Paz


Una de las cosas que hacer en Hiroshima más emotivas es entrar en el Museo Memorial de la Paz para recordar uno de los días más tristes e infames de la historia de la humanidad.

A través de objetos, fotografías y material audiovisual te trasladarás a aquel fatídico 6 de agosto en el que murieron de forma instantánea 80.000 personas y que tuvo como resultado la rendición del Imperio de Japón en la Segunda Guerra Mundial.



Un reloj de bolsillo parado a las 8:15, hora en la que estalló la bomba atómica en Hiroshima


Cenotafio de Hiroshima

El Cenotafio es un monumento conmemorativo en memoria de las víctimas de la primera bomba atómica de la historia 




Este monumento está formado por un arco de piedra que protege una gran urna que contiene una lista con todos los nombres de las víctimas de las bombas atómicas del mundo y un pequeño epitafio que dice «Descansad en paz, el error jamás se repetirá»

Merece la pena situarse delante del cenotafio, donde se dejan flores en recuerdo a los fallecidos, para ver la Llama de la Paz y la Cúpula de la Bomba Atómica, perfectamente alineadas.

Monumento a la Paz de los Niños

Otro de los monumentos que ver en Hiroshima más conmovedores es el dedicado a todos los niños que fallecieron en la tragedia, conocido como Monumento a la Paz de los Niños.

Una de estas niñas era Sadako Sasaki que con solo dos años quedó expuesta al bombardeo atómico y a la posterior radiación, que le acabaría causando leucemia. Al conocer su grave enfermedad empezó a hacer grullas de papel para llegar a las 1.000 piezas, ya que según una tradición japonesa al alcanzar esta cifra, los dioses te concederán un deseo, que en su caso era el de poder curarse.
A pesar de elaborar hasta 1.400 grullas, Sadako murió a las 12 años, hecho que conmovió tanto a sus compañeros de colegio y a toda la ciudad, que se consiguieron los fondos suficientes para construir este monumento como homenaje.



En lados opuestos del pedestal verás las figuras suspendidas de un niño y de una niña, que simbolizan un futuro brillante y esperanza.

Bajo el pedestal, y sobre mármol negro, hay una inscripción que reza:

Éste es nuestro grito. Ésta es nuestra oración. Para construir la paz en el mundo.




En lo alto de la estructura se encuentra la escultura de bronce de Sadako levantando una grulla y debajo una campana de la que cuelga una grulla de bronce. 


Es habitual que niños y mayores dejen su propia grulla de origami y hagan sonar la campanilla, en recuerdo a Sadako.


Parque Conmemorativo de la Paz



El barrio de Nakajima, donde está emplazado este parque, se consideraba en aquel entonces también el centro de la ciudad, el lugar en el que se estima que vivían unas 6.500 personas cuando la bomba atómica fue lanzada en 1945. Este lugar fue elegido como objetivo de la bomba debido a la facilidad para discernirlo desde el aire gracias a la forma de T del puente Aioi, que se encuentra en la parte norte del parque. Este lugar, el más cercano al epicentro de la explosión, quedó reducido a escombros en un abrir y cerrar de ojos en la mañana del 6 de agosto de 1945.

La Llama de la Paz



La Llama de la Paz se encendió el 1 de agosto de 1964 y no ha dejado de arder desde entonces. Es otro homenaje más a las víctimas de Little Boy en este parque tan especial. Y tiene, además, otro significado: permanecerá encendida hasta que todas las bombas nucleares de nuestro planeta hayan sido destruidas y estemos libres de la amenaza de aniquilación total nuclear.

Festival Toro Nagashi 


Todos los años, el día 6 de agosto, el aniversario de la bomba atómica, tiene lugar en la ciudad de Hiroshima una preciosa ceremonia llamada Hiroshima toro nagashi


En esta ceremonia podemos ver cómo la gente deja en el río Motoyasu cientos de lámparas de papel que llevan una vela dentro y que la corriente poco a poco se va llevando

El toro nagashi marca el final de este periodo y con el encendido de farolillos en el río, se ayuda a guiar a las almas de nuevo hacia el mundo de los muertos.

Los farolillos representan las almas de los fallecidos, que navegan por el río hasta llegar al mar y poder volver a su mundo.



Miyajima

 Ubicada en la región de Chugoku y fácilmente accesible desde Hiroshima, es una isla que desprende un aire mágico por su naturaleza, santuarios y templos entre los que destaca el de Itsukushima y su icónico torii “flotante”.



Por su belleza natural, Miyajima fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. Además, los japoneses consideran las vistas del gran torii de Itsukushima como uno de los tres paisajes más bellos de todo Japón.

El torii se ve más bonito cuando está cubierto de agua, pareciendo que flota, por lo que te animamos a verlo cuando la marea está alta. Aun así, caminar hasta él y ver su magnitud desde cerca también es altamente recomendable.


Uno de sus grandes atractivos es el gran torii, que se ha convertido en el símbolo de Miyajima. Construido en 1168, mide un poco más de 16,6 metros de altura y pesa alrededor de 60 toneladas.

 Está realizado en la resistente madera de alcanforero y pintado en color bermellón, que según la tradición, ahuyenta a los malos espíritus.


Para llegar hasta él, lo mejor es ir caminando tranquilamente por la costa desde donde te deja el ferry. Irás disfrutando de estupendas vistas del mar.

Ciervos en Miyajima


Basta bajar del ferry en Miyajima para empezar a ver ciervos de acá para allá. Disfrutan de la isla a sus anchas sin preocuparse mucho de los visitantes. Los que están en la zona de los santuarios más bien aprovechan que hay turistas para comer de todo lo que les den con total confianza


Recuerda que estos son animales salvajes y que está prohibido tocarlos y darles de comer, (Salvo cuando parte del mapa de mi hijo se comió uno de ellos y se desorientaron su amigo y él, por la parte que les faltaba)

Santuario de Itsukushima

En su interior se encuentra la deidad guardiana del mar y es un santuario precioso, con muchísimos detalles y recovecos más allá de su famoso gran torii flotante

 Intentar visitarlo con marea alta, para sentir casi que los pasillos del santuario flotan en las aguas del Mar interior de Seto.


Este santuario sintoísta está compuesto por dos edificios principales: el santuario Honsha y el Sessha Marodo-jinja, además de otros 17 edificios y estructuras que conforman un complejo destacable construido sobre el mar y conectados a través de puentes, pasillos o pasarelas aguantadas por pilares.


 En el sintoísmo se adora a las montañas y la isla se consideraba sagrada, así que el santuario se construyó junto a ella alrededor del siglo VI.

Alrededores del santuario


En los alrededores del santuario hay varias cosas de interés, como el callejón Taki no Koji, una calle tradicional preciosa en la que se solían alojaban los trabajadores del santuario Itsukushima y el templo Daishoin.

 Templo Daiganji


Al que llegarás directamente nada más salir del santuario. Se trata de un templo relacionado con la rama Koyosan del budismo Shingon, una bonita construcción de 1201-1203.

Monte Misen

Desde el parque Momijidani puedes tomar el funicular al monte Misen y hacer la ruta por la montaña para ver todos sus detalles y recovecos, mientras buscamos las siete maravillas del monte Misen.


Cima del Monte Misen

Templo Daishoin


Daishoin es uno de los templos más importantes del budismo Shingon 



Fue construido en la base del Monte Misen en el año 806 por Kobo Daishi, el fundador de este movimiento budista.

El complejo está lleno de diferentes santuarios, templos y otros símbolos religiosos cuidados hasta el más mínimo detalle. La entrada gratuita.

El salón Reikado o el «santuario de los enamorados»


Donde arde desde hace más de 1200 años sin apagarse la «llama eterna». Éste es el fuego usado por Kobo Daishi durante su ceremonia asceta en el monte Misen.


La llama eterna o Kiezu no Hi es otra de las siete maravillas del monte Misen. Fue usada para prender la «Llama de la Paz» del Parque de la Paz de Hiroshima.



Cuenta la leyenda que si hierves agua sagrada en esta llama y la usas sobre tu cuerpo, se curarán todas tus enfermedades. Al tener esa «llama eterna», el salón Reikado ha recibido el sobrenombre de «santuario de los enamorados» al relacionar el fuego con la llama del amor.

Todo el camino de acceso a la cima del monte Misen está repleto de pequeñas estatuas de Rakan y Jizo de pequeño tamaño todas diferentes entre sí.


Estas estatuas son deidades guardianas de los viajeros y los niños fallecidos.

Con sus caritas redondas y sonrientes, los jizo son bodhisattvas. Es decir, han alcanzado la iluminación pero han aparcado temporalmente la posibilidad de llegar al final del camino del Buda para ayudar al resto de personas que todavía siguen sufriendo.


Son muy queridos por los japoneses, razón por la cual suelen vestirlos y decorarlos con gorritos de lana, baberos rojos de la suerte y hasta chucherías y juguetes de los bebés y niños fallecidos, en caso de jizo protectores de niños fallecidos.

Santuario Toyokuni (Senjokaku) y la Pagoda de Cinco Pisos


Santuario Tokoyuni o Salón Senjokaku, que significa literalmente “salón de las mil esterillas” porque tiene una extensión de aproximadamente mil esterillas de tatamis. 

Esta preciosa construcción de madera data de 1587 y está situada en una colina cercana al Santuario de Itsukushima, por lo que se pueden admirar unas preciosas vistas de este desde lo más alto.


Junto al santuario está la Pagoda de Cinco Pisos o Gojunoto, del año 1407, aunque la actual es una reconstrucción de 1533. Con algo más de 27 metros de altura





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