Bueno, pues seguimos con la segunda parte que estoy dedicando al viaje que están haciendo Sergio y Miguel el amigo de mi hijo y con el que estoy descubriendo "virtualmente" muchas curiosidades de rincones y lugares que parecen sacados de un cuento y otros que te llevan del pasado al presente-futuro, en un mismo país.
Esta ciudad es sinónimo de barrios que conservan sus edificios tradicionales de madera y casas de té, en los que aún puedes ver maikos y geishas recorriéndolos a toda prisa al caer la tarde.
También es sinónimo de la posibilidad de visitar cientos de fantásticos templos y santuarios, preciosos jardines y grandes palacios, que convierten a Kioto en el sueño de todo viajero.
Castillo de Nijo
Construida en el siglo XVII durante el período de Edo, esta joya arquitectónica, se utilizó brevemente como palacio imperial clan de los shogunes Tokugawa que gobernaba Japón con mano de hierro hasta 1867, cuando se abolió el shogunato y Japón se abrió al exterior, el castillo fue donado a la ciudad y abrió sus puertas.
La visita empieza cruzando la imponente puerta Karamon que te llevará hasta el palacio Ninomaru, con varias salas de tatami y un bonito jardín tradicional.
Kiyomizu-dera
Conocido como el templo del agua pura, es uno de los lugares más bonitos que visitar en Kioto, una ciudad que fue la antigua capital imperial de Japón y que se salvó de los bombardeos estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial
El templo fue construido en el año 778 en las colinas del este de Kioto, justamente donde se encontraba, y todavía se encuentra, la cascada Otowa, que dio nombre al templo del agua pura, agua limpia.
Este templo es famoso por sus magníficas vistas de la ciudad, las pagodas, los pabellones, las puertas y por la naturaleza que lo rodea, que forman un conjunto de extrema belleza. Aunque desde el propio edificio principal, que se sostiene gracias a cientos de columnas, ya se tiene una panorámica increíble
Puerta Nio-mon al Santuario Heian-Jingu
El torii y el edificio principal llaman la atención, pero la zona de los jardines, un remanso de paz que salió en la película Lost in Translation cuando Scarlett Johansson cruza saltando por un camino de piedras sobre un estanque.
Cascada Otowa no taki Kiyomizudera
Un templo zen en el que sobresale su pabellón recubierto de hojas de oro puro o pan de oro, es otro de los imprescindibles que ver en Kioto.
Pero el shōgun no pudo recubrir el templo de láminas de plata, como era su intención, a consecuencia de una guerra civil. Así que a pesar de que el nombre se mantiene, la plata brilla por su ausencia.
Pero que esto no te desanime. Sin duda, esta circunstancia no le resta belleza al templo, sobre todo por sus preciosos jardines de estilo japonés, entre los que destaca el jardín seco de arena blanca y el de musgo con riachuelos y estanques
Camino de la Filosofía
El recorrido es de 2,5 kilómetros y transcurre paralelo al canal Shishigatani, pasando cerca de numerosos templos y santuarios, además de varias tiendas de artesanía locales y cafeterías encantadoras en las que poder hacer alguna parada.
Hoy quizá nos será difícil meditar, puesto que el camino siempre está lleno de turistas haciendo fotos y habitantes de Kioto dando un paseo.
Pagoda Yasaka
Parece que se ha detenido el tiempo. Las cuestas de Higashiyama son uno de los lugares más bonitos y fotografiados de Kioto
Es una pagoda de 46 metros de altura con elegantes techos inclinados en cada nivel, que se encuentra en medio de un antiguo vecindario de Kyoto, entre el Templo Kiyomizu-dera y el Santuario Yasaka-jinja.
Originalmente construida por el Príncipe Imperial Shotoku en 589, se dice que la pagoda se inspiró en un sueño.
Bosque de Bambú de Arashiyama
Sanjusangendo
Nara-köen
Con sus miradas fulminantes protegen el recinto, Agyō, con la boca totalmente abierta, y Ungyō, con la boca fuertemente cerrada.
El Daibutsu-den-El Pabellón del Gran Buda
Para encontrarse con el Gran Buda solo hay que cruzar la puerta del templo. Como si estuviera recibiendo a los visitantes, allí está el Daibutso. Se trata de una de las figuras de bronce más grandes que existen en el mundo. Fue realizado con más de 400 toneladas de bronce y 130 kilos de oro.
A veces, los ciervos se asoman al camino de acceso repleto de linternas de piedra. Es conmovedor imaginar que hace cientos de años, los guerreros y los aristócratas se deleitaron con este mismo paisaje.
En el pabellón Fujinami-no-ya, dentro del ōmiya el visitante puede deleitarse todo el año con un paisaje parecido al de la celebración Mantōro. Este edificio se utilizó hasta el periodo Edo como lugar de trabajo de los sacerdotes sintoístas. Aquí hay más de 100 linternas colgantes que, al iluminarse, nos hacen perder la noción del tiempo.
Creencias antiguas relacionadas con los populares ciervos
Aunque originariamente eran los jardines exteriores del Castillo de Kanazawa, se cree que más o menos desde 1620 y hasta 1840 los miembros del clan Maeda, los daimyōs o señores feudales del estado de Kanazawa
Castillo de Kanazawa
Muy cerca de los jardines se encuentra la famosa y grandiosa puerta Ishikawa que marca la entrada al parque del antiguo castillo de Kanazawa
Como solía ocurrir en aquella época, el castillo sufrió numerosos incendios. Solo sobrevivió la puerta Ishikawa
Puertas reconstruidas del castillo de Kanazawa, que es la que se encuentra justo después del jardín y dar un paseo por el parque del castillo admirando las diferentes torres de observación y puertas.
Santuario de Oyama
Mercado Omicho
En el periodo Edo (1603-1868) había muchas casas de té en los puentes cercanos a los ríos Asano y Sai. Estas zonas se convertirían en auténticos barrios de placer, donde además la gente disfrutaba de la compañía de las geishas y se entretenía con su música y sus bailes.
Escaleras ocultas de oscuridad y luz
Con sus colinas rocosas y su proximidad a las montañas, Kanazawa es conocida entre los japoneses por sus características laderas y escaleras que salpican la ciudad. Dos de las más notables están conectadas directamente con el distrito de geishas de Kazue-machi: Akari-zaka , la “ladera iluminada”, y Kuragari-zaka , la “ladera oscura”.
El casco viejo de Takayama recibe el nombre de Sanmachi Suji por sus tres calles principales: la calle Ichinomachi, la calle Ninomachi y la calle Sannomachi.
Disfrutar de la gastronomía
Esta es una bebida destilada típica de todo Japón, cuyo ingrediente principal es el arroz, pero en esta ciudad tienen una tradición de más de 300 años.
Pero si hay un protagonista en los restaurantes de la ciudad es la ternera de Hida, una de las más cotizadas en el mundo.
Rivalizando con la carne de Kobe por su color rosado y veteado y, por supuesto, en sabor, esta se obtiene de los bueyes Wagyū.
Podrás probarla en cantidad de formas distintas (hamburguesas, sushi, brochetas…)
Es el santuario que organiza el famosísimo festival de otoño de Takayama o Hachiman Matsuri, que se celebra todos los años el 9 y 10 de octubre.
Para contemplar de cerca su preciosa pagoda de madera de tres pisos y la única de este estilo en la región de Hida, así como el maravilloso ejemplar de ginkgo de 38 metros de altura y más de 1.200 años de antigüedad que hay dentro del recinto.
Una excursión con una buena relación calidad-precio en la que podrás disfrutar de un recorrido por las aguas termales y de una ruta de senderismo a la vez.
Podrá disfrutar al máximo de la naturaleza que rodea a Takayama.
Aquí poco puedo señalar del recorrido de mi hijo con su amigo, porque no sé si sería el cansancio que llevaban de sus excursiones e largos itinerarios por el país, o porque les pasa lo que a mi, que prefiero los pueblos o ciudades con "encanto", que las grandes ciudades atestadas de gente y edificios....ya bastante tenemos por Madrid, pero no obstante, pongo algunos lugares para los que gusten de los barrios o sitios imprescindibles del lugar.
Akihabara
Parque Ueno
Es importante tener en cuenta que, aunque cualquier momento es bueno para visitar Ueno, este parque público se viste de gala durante la floración del cerezo en primavera, momento perfecto.
El más antiguo de la ciudad,
La mejor forma para entrar en este templo budista, situado en el barrio de Asakusa, es cruzar su impresionante puerta Kaminarimon, en la que destaca un enorme farolillo de color rojo y unas estatuas de dioses a cada lado, que la han convertido en una de las fotos típicas de la ciudad.
El primer mirador (Plataforma Dembo) se sitúa a 350 metros de altura, y puedes llegar a él en menos de un minuto con ascensor, mientras que el segundo mirador (Galería Tembe) es el más alto de Tokio con sus 450 metros de altura y unas vistas de vértigo.
Torre de Tokio
Fue construida en acero, una tercera parte del cual era chatarra proveniente de los tanques estadounidenses dañados en la Guerra de Corea. Tras su inauguración en los años 50, su función principal era emitir ondas desde su elevada cúspide para que la televisión llegase a los hogares de miles de japoneses.
y espero que la recordéis con un grato sabor de una buena experiencia.
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